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Dante Abad Zapata

Sobre las "Pandillas Juveniles"

¿De nuevo las "pandillas juveniles"?
Por: Dante Abad, Villa El Salvador-Perú


Quizás para algunos la pregunta esta mal, pues podrían repreguntar ¿Cuando se fueron las pandilla juveniles?, sencillamente desde aproximadamente diez años están allí, aguardando su oportunidad para las portadas de los diarios y televisión, predispuestas a estar en la agenda de la sociedad. Y hasta pareciera que la opinión publica las extrañaba, ahora ya están de nuevo en el tema del día, en los pasillos, en el cuarto frente al televisor. Hay que defendernos de los adolescentes y jóvenes por ende hay que dar penas más duras, mayor control policial. ¿Cuando los adultos asumiremos nuestras responsabilidades?
  

Esta semana me visitaron en mi trabajo, en diferentes oportunidades, dos jóvenes madres de familia, ambas a solicitar apoyo, la primera su pareja, un joven de 29 años, la golpea y no le pasa dinero para mantener a su menor hijo de 5 años. La segunda su pareja maltrata a sus hijos y a ella. A ambas les explique que existe un marco legal que las "favorece" frente a esas agresiones y que podían acudir a instituciones que las ayudarían gratuitamente como la DEMUNA, por dentro sin embargo sentía impotencia ; se que los tramites demoran mucho, que son engorrosos, que cuando hay denuncia el agresor suele responder con más agresión, que la policía es insensible ante la violencia intra familiar, y que por todo ello esas dos mujeres quizás, como tantas, abandonen las gestiones para hacer valer los derechos de sus hijos y el derecho de ellas mismas.
   

¿Que tiene que ver el drama de esas dos mujeres y el de sus hijos con las "Pandillas Juveniles"? tiene que ver TODO.
Quien de nosotros no ha leído aquella frase que los llamados pandilleros escriben en las paredes: "Dios, mi madre y ..... son lo más grande del Perú", lo más grande y lo más quebrantado son muchos hogares peruanos, que difícil es amar algo que esta muriendo, que esta muerto y o que nunca estuvo vivo. Los hogares están rotos y los niños, adolescentes y jóvenes son violentados por los seres que supuestamente están para protegerlos: sus propios padres. Para ellos no hay perdón pues no existe culpa. La impunidad en el Perú continua, se resiste a desaparecer y se encuentra escondida detrás de la fachada de cualquier vivienda.

Se que lo que escribo puede aburrir, para la prensa ayudar a la integración familiar no vende, los jóvenes que a pesar de esta difícil situación trabajan voluntariamente en pro de su comunidad no existen, ellos saben que están allí, los ignoran, si alguna ves cometen algún delito serán populares y aportaran a elevar los anti valores humanos. Muchas veces me pregunto ¿Que nos pasa en el Perú CARAJO?

Amigos de Villa N° 29 -  año 4

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